En los últimos años se ha incrementado de manera significativa la presencia de los canes en las playas. Esto es gracias al aumento de espacios creados especialmente para ellos, sobre todo a partir de 2016.
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El agua de mar contiene casi todos los elementos de la tabla periódica, así como una amplia variedad de nutrientes. Los baños de mar son capaces de mejorar considerablemente el estado de la dermis, mejorando su sistema inmunitario y protegiéndolo de agentes patógenos. Además, posee importantes propiedades antisépticas y cicatrizantes (siempre y cuando el agua no esté contaminada).
El agua de mar no es mala ni peligrosa por sí misma. Pero que nuestro perro beba agua de mar si puede tener consecuencias terribles.
Síntomas de intoxicación por agua de mar
Si eres de los que disfrutan llevando a su perro a la playa debes tomar siempre una serie de precauciones y conocer los riesgos a los que te puedes enfrentar. La cantidad de sal presente en el agua de mar hace que aumenten significativamente los niveles de sodio y por consiguiente una deshidratación secundaria. Por eso es importante identificar los síntomas ante una posible intoxicación por agua de mar.
- Si el agua ingerida no es mucha, puede que no presente síntomas y solo debas observar su evolución. Se recomienda visitar al veterinario.
- Si por el contrario, ha ingerido una gran cantidad de agua los síntomas iniciales son diarrea y vómitos. Ofrécele agua dulce y una dieta blanda.
Estos síntomas pueden desaparecer o persistir y generar en el perro durante las siguientes horas: mareo, convulsiones, dificultad para caminar, apatía, confusión o debilidad. En cualquiera de los casos será imprescindible llevar a tu perro al veterinario.
Cómo evitar que nuestro perro beba agua de mar
La temperatura en verano aumenta considerablemente y cuando vamos a la playa con nuestro perro también lo hacen las horas de exposición al sol. Además, la actividad de los perros en la playa también se incrementa y, con ella, lo jadeos y la deshidratación.
Uno de los riesgos que debemos tener en cuenta es que nuestro perro se sienta tentado a beber voluntariamente agua de mar para saciar la sed ante estos factores. Por eso es imprescindible que tenga a disposición agua fresca para hidratarse y ofrecérsela constantemente. Además, aunque suele ser un riesgo menor, puede tragarla mientras juega en el agua.
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