Una perra puede pensar que está embarazada sin estarlo realmente. A esto se le llama embarazo psicológico, y se produce a causa de un desajuste hormonal cuando termina el periodo de celo.
Lo curioso del embarazo psicológico en perras es que desarrollan síntomas de embarazo reales, como un aumento de las mamas y de la barriga, pero no están embarazadas. Esto se produce como mecanismo de supervivencia de la especie, porque las perras podrían ayudar a una camada de otra madre aunque no fuera propia.
¿Crees que tu perra puede estar pasando un embarazo psicológico? ¿Quieres saber qué hacer?
Síntomas de un embarazo psicológico en perras
Los síntomas son los propios de un embarazo real:
- Las mamas generan leche. Suele ser de los primeros síntomas.
- Cuidado de muñecos u objetos como si fueran cachorros. Si percibes que tu perra empieza a cuidar de los muñecos de la casa como si fueran sus hijos, posiblemente esté pasando un embarazo psicológico.
- Aumentan mamas y abdomen, lo que puede hacer pensar que realmente la perra está embarazada.
- Nerviosismo. Se nota que la perrita está inquieta.
Cuando percibas alguno de estos síntomas, debes acudir al veterinario para que determine si está realmente embarazada o si se trata de pseudogestación canina.
Los síntomas normalmente aparecen cuando han pasado varias semanas (aproximadamente 1 o 2 meses) desde el celo. No es tanto un trastorno psicológico, sino hormonal.
El embarazo psicológico puede hacer sufrir al animal, por lo que es importante detectarlo y tratarlo de la mano de profesionales.
Qué hacer ante la pseudogestación canina
Las perras esterilizadas no suelen vivir embarazos psicológicos, mientras que es común en aquellas que no lo están.
Lo normal es que el embarazo psicológico no dure más de 10 días.
Siempre asesórate por un profesional veterinario que te ayude en el proceso. Aunque no es ninguna enfermedad, si tenemos que controlar que esta fase natural no deriva en otros problemas. En caso de que se alargue, hay que prevenir una mastitis causada por la secreción de leche, para lo cual debemos intentar que lama sus mamas y siga produciéndose.
El veterinario puede cambiar ligeramente su dieta y darte recomendaciones personalizadas para ayudar a la perrita. Por tu parte, puedes sacarla de casa más a menudo para que se despegue de las “crías” ficticias a las que cuida.
¿Alguna vez tu perra ha tenido un embarazo psicológico?