La enfermedad de Lyme en perros, conocida como Borreliosis canina, afecta solo a un 10% de los perros, siendo más habitual en perros jóvenes.

Se trata de una enfermedad bacteriana que se contrae por la picadura de una garrapata. Pero no hay que alarmarse, previamente la garrapata ha de estar infectada. Más adelante, si sigues leyendo el post, explicaremos paso a paso qué hacer en caso de contagio: cómo diagnosticarla a tiempo y cómo prevenir la enfermedad.

¿Cómo se contagia la enfermedad de Lyme en perros?

Afortunadamente, no se transmite entre perros ni existe el riesgo de contagio de perros a humanos, por lo que su propagación está bastante controlada. Aún así, debemos advertir, que de padecerla y no tratarla a tiempo puede conllevar riesgos importantes para la salud de nuestra mascota.

Es común que en alguno de los paseos con nuestra mascota nos demos cuenta de que se ha traído consigo alguna garrapata, sobre todo si hablamos de zonas de campo. Hasta aquí, debemos mantener la calma, ya que no todas las garrapatas son causantes de la enfermedad.

Esta, es transmitida por garrapatas del género Ixodes, conocidas como garrapatas duras debido a que poseen escutelo o coraza dorsal. Serán fáciles de identificar respecto al otro tipo de garrapata más común, debido a que su cabeza queda a la vista. Aún así, no tiene porque estar infectada con la bacteria.

Cuando las garrapatas son inmaduras y de pequeño tamaño se denominan ninfas. Estas contraen la bacteria cuando se alimentan de pequeños roedores o ratones que previamente la poseen.

Pero no os preocupéis, no hay que ser veterinario ni entomólogo para saber identificar el tipo de garrapata o mordedura. Aun así, ante la duda, nunca está de más acudir a la consulta de un especialista.

¿Qué debo hacer?

Si encontramos una garrapata adherida al cuerpo de nuestra mascota se recomienda no arrancarlas con aceite o alcohol, ya que esto puede provocar que la garrapata regurgite estando aun en el interior del cuerpo de nuestra mascota provocando complicaciones de salud.

Por ello, se recomienda hacer lo siguiente:

  • Coger unas pinzas. Hay pinzas específicas para garrapatas, pero también pueden valernos, si somos cuidadosos, unas pinzas para extraer pelos que no estén afiladas. También es recomendable utilizar guantes.
  • Apartar el pelo del perro para ver con claridad la garrapata. Así podremos actuar con mayor comodidad.
  • Con delicadeza, cerrar las pinzas lo más cerca posible de la cabeza de la garrapata. No debemos apretar mucho, ya que podríamos matarla mientras aún está dentro. Es importante cogerla en la zona cercana a la cabeza, que puede sobresalir ligeramente de la piel del perro. De lo contrario, la garrapata podría partirse.
  • Extraer la garrapata. Para ello, debemos estirar de forma constante, con firmeza pero sin ejercer demasiada fuerza, hacia arriba y ligeramente hacia delante. Si somos pacientes, la garrapata terminará por salir entera.

Tras haber extraído con éxito la garrapata debemos desinfectar la zona con agua, jabón y en caso de ser necesario agua oxigenada. También se puede aplicar alguna pomada con antibióticos para seguir previniendo complicaciones.

Lee este post si quieres más información sobre cómo quitar una garrapata a tu perro.

¿Cómo sé si mi perro tiene la enfermedad de Lyme?

Síntomas

Cuando se adhiere una garrapata a la piel suele necesitar entorno a 36 horas para la transmisión de la enfermedad y en caso de contagio no es fácil diagnosticarlo en las primeras etapas y no todos los perros tienen porque desarrollar los síntomas, por eso hacemos hincapié en la revisión de nuestro perro ante la duda.

Estos aparecen entre los 3-30 días desde la picadura.

Algunos de los síntomas que se pueden manifestar:

  • Cojera y problemas de coordinación en general.
  • Dolor muscular
  • Amento de sed, falta de apetito (posible anemia) y cansancio.
  • Pérdida de peso
  • Fiebre
  • Ganglios inflamados
  • Inflamación de las articulaciones
  • Insuficiencia renal
  • Líquido en el abdomen
  • Vómitos o diarrea
  • Problemas respiratorios y del corazón
  • Convulsiones

Si somos conscientes de la picadura de una garrapata, también será importante observar cómo se manifiesta la zona infectada. Aunque no siempre aparece, el sarpullido en torno a la picadura es un signo claro de la enfermedad de lyme. Se presenta como una zona enrojecida y circular alrededor de donde se produjo la picadura pudiendo volverse clara en el centro y teniendo aspecto de diana.

Medidas preventivas

Somos conscientes que siempre es mejor prevenir que curar, por lo que os dejamos una serie de consejos para evitar que nuestra mascota sufra alguna picadura de garrapata.

  • En primer lugar, recomendamos el uso de collar antipulgas y garrapaticida. Aunque este será una medida que debemos adoptar de forma recurrente, su efectividad es bastante prolongada. Son resistentes al agua y no es necesario que piquen a tu perro para su efectividad.
  • El uso de sprays cuando lo sacamos de paseo es una buena medida, pero hay que humedecer todo el pelaje.
  • También existen pastillas duras y masticables, que aunque no evitan que se produzca la picadura, imposibilitan al huésped indeseado que permanezca en el cuerpo de nuestro perro.
  • La aplicación de pipetas es un tratamiento muy recomendado que es conveniente realizarlo de manera periódica. En este caso, debemos elegir el proveedor conveniente ya que algunos de estos productos requieren la previa picadura del insecto para aumentar efectividad.

Pero sobre todo, hacemos hincapié en que el mejor tratamiento preventivo será la responsabilidad que tenemos de revisar a nuestro perro en sus paseos, además de la supervisión de un veterinario que indique las pautas y medidas preventivas mencionadas para potenciar la salud de nuestro animal.

Si no cuentas con un seguro para tu perro, pídenos información y te asesoramos para que tomes la mejor decisión para ti y tu mascota.