Los perros ladran porque es su forma natural de comunicarse. Pueden ladrar para expresar alegría, miedo, dolor, necesidad de atención o simplemente para saludar. Aunque el ladrido es una forma normal y saludable de comunicación para los perros, a veces pueden llegar a ser excesivos e incluso molestos. Si eres de los que dice «mi perro ladra mucho» y quieres saber el por qué y conocer posibles soluciones… ¡sigue leyendo!
El ladrido excesivo, ¿es un problema?
Si bien el ladrido es un problema menor, si no se trata puede llegar a ser una molestia para los vecinos y el propietario del perro. Si el ladrido es excesivo, puede indicar un problema más grave, como ansiedad o estrés. Es importante identificar la causa del ladrido excesivo para poder tratar el problema de raíz.
Las razas de perros que más ladran, habitualmente, son los perros pastores, los Terriers, los Toy y los perros de raza pequeña. Sin embargo, cualquier perro puede ladrar mucho si está aburrido, enfermo, estresado o si simplemente no está recibiendo la atención adecuada.
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¿Por qué mi perro ladra mucho? Principales razones
Hay muchas razones por las que un perro puede ladrar. A veces es porque están aburridos o estresados, otras veces es porque necesitan atención o están intentando comunicar algo. En cualquier caso, hay razones habituales:
- Está aburrido y quiere llamar tu atención
- Está estresado o ansioso.
- Te está intentando decir algo.
- Se siente amenazado o está enfadado.
¿Qué puedo hacer para que mi perro ladre menos?
Hay algunas cosas que puedes hacer para que tu perro ladre menos:
- Si está aburrido intenta darle más ejercicio y estimular su mente con juegos y actividades.
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Si notas que tu perro está ladrando más de lo habitual y parece estar enfadado o nervioso, puede ser que necesite ayuda para calmarse. Prueba técnicas de relajación para perros y habla con tu veterinario sobre posibles medicamentos para el estrés.
- Si crees que quiere comunicarte algo, intenta ver si puedes determinar qué es lo que está tratando de decirte. Por ejemplo, si ladra cuando estás cerca de la puerta, puede que esté tratando de decirte que quiere salir.
- Si sospechas que se siente amenazado con algo o alguien, es importante intervenir para evitar que se vuelva agresivo. Enseña a tu perro a obedecer órdenes básicas como «sentarse» y «estar quieto», y sé consistente con el entrenamiento. Si el ladrido persiste, ponte en contacto con un adiestrador de perros para que pueda ayudarte a corregir el problema.
Además, puedes llevar a cabo otras técnicas genéricas que te ayudarán a que tu perro ladre menos:
- Intenta descubrir la causa del ladrido. Si no puedes encontrar la raíz del problema, es posible que necesites consultar a un profesional de la salud animal. Una vez que hayas identificado la causa, puedes trabajar en ella.
- Pon en práctica el refuerzo positivo. El entrenamiento con refuerzo positivo es una gran manera de enseñar a tu perro a no ladrar. Cuando tu perro no ladre, puedes darle una pequeña recompensa, como un trozo de comida o un juguete. Esto le ayudará a aprender que el ladrido no es necesario y que será recompensado por no hacerlo.
- Practica el «habla» y el «silencio». Enseñar a tu perro a «hablar» y «estar callado» es una gran manera de controlar el ladrido. Puedes empezar diciéndole «habla» cuando empiece a ladrar y luego darle una recompensa. Luego, cuando quieras que deje de ladrar, puedes decirle «silencio» y esperar a que deje de hacerlo. Si lo hace, puedes recompensarlo.
- Practica el «no» y el «sí» de manera consistente. Al igual que con el «habla» y el «silencio», es importante ser consistente con el «no» y el «sí». Cuando tu perro ladre, puedes decirle «no» de manera firme y luego esperar a que deje de hacerlo. Si lo hace, puedes recompensarlo. De la misma manera, puedes usar el «sí» como una forma de recompensar a tu perro cuando no ladre.
- Prueba con una advertencia sonora. Algunos perros responden bien a una advertencia sonora, como un silbato o una campana. Cuando tu perro ladre, puedes hacer sonar la advertencia para que sepa que debe dejar de hacerlo.
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¡Sé paciente! El entrenamiento de un perro puede llevar tiempo y paciencia. Si tu perro no está respondiendo de la forma que esperabas, no te des por vencido. Intenta cambiar de enfoque o probar algo nuevo. Recuerda, el objetivo es ayudar a tu perro a que se sienta más seguro y confiado, no castigarlo, y al final dejar de lamentarte de que tu perro ladra mucho.
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