Las llagas en la boca, aunque no son peligrosas, generan incomodidad y dolor. También reciben el nombre de aftas y no tienen un origen único. En ocasiones, pueden ser consecuencia de otras dolencias y siempre es conveniente que investigues su causa si las sueles padecer. Recuerda que, solo así, podrás aprender a prevenirlas. En este artículo, te vamos a contar lo que necesitas saber sobre ellas.
¿Qué son las llagas en la boca?
Son lesiones que, a diferencia de los herpes que salen en la parte externa de la boca, se generan en el interior. Se asemejan a una herida en muchas ocasiones de color blanco con el entorno enrojecido. Las puedes tener de distintos tamaños e, incluso, agrupadas. Son muy molestas, especialmente, al comer, al lavarte los dientes y, también, al hablar. No son contagiosas y tienen la mala costumbre de ser recurrentes, esto es, suelen reaparecer.
Tipos de llagas
Se clasifican, normalmente, por su localización y pueden aparecer en cualquier zona húmeda de la boca:
- Zona interna de los labios: Suelen ser las de mayor tamaño, ya que pueden alcanzar el centímetro de diámetro. Son las más persistentes y cuesta un poco hacer que desaparezcan.
- Encías: En esta parte, parecen un corte. A veces, son puntos blancos y otras, muy rojos.
- Lengua: Son pequeñas úlceras blanquecinas o rojas. Su forma es ovalada o redonda.
- Interior de la cavidad bucal: Se trata de úlceras muy pequeñas, de color grisáceo o rojo. Cuesta trabajo que curen porque suelen rozar con las muelas.
¿Por qué causas salen las llagas?
Aunque hay quien piensa que no se sabe por qué salen, lo cierto es que existen tantas causas posibles que se hace necesario investigar un poco. Te señalamos algunas de ellas:
- Reacción adversa de tu sistema inmunitario a las bacterias comunes que posees en la boca.
- Atravesar por períodos de mucho estrés emocional. Si has perdido a un ser querido o te has llevado una gran decepción, pueden ser motivos suficientes para que se generen.
- Cambios hormonales. Así, es fácil que haya una mayor prevalencia de aftas en la menopausia o en la pubertad.
- Estados carenciales de vitaminas. Concretamente, tal vez, necesites vitamina C, B2, B3, B12 o ácido fólico.
- Intolerancia alimentaria. De hecho, un examen de la cavidad bucal por parte de un especialista puede determinar si una persona es alérgica al gluten, por ejemplo.
- Predisposición genética. Si existen antecedentes familiares que también las padecen, es fácil que puedas sufrirlas tú.
¿Cómo puedes curarlas?
Las llagas, por regla general, desaparecen solas en una o dos semanas. Hay productos farmacológicos que te contribuyen a acelerar el proceso o a soportarlo mejor. Combaten la inflamación que causan y tienen funciones analgésicas.
Conviene, sin embargo, que no utilices colutorios que tengan como base el alcohol, ya que pueden empeorar. Si estás acostumbrado a enjuagarte la boca, es mejor que lo hagas con agua y sal o bicarbonato durante unos días.
También contribuye a mejorar el hielo. Si dejas un cubito en la zona hasta que se disuelva, facilitarás que cicatrice.
Asimismo, debes evitar las comidas y bebidas muy calientes, especialmente saladas o duras.
¿Cómo prevenirlas?
Además de asegurarte de ingerir el aporte necesario de las vitaminas indicadas, otros alimentos que te pueden ayudar son los probióticos, como el yogur. También son buenos los alimentos ricos en omega-3.
Sin embargo, la mejor forma de prevenir es averiguando qué es lo que las causa en tu caso concreto. De esta manera, podrás efectuar los cambios y ajustes necesarios para enfocarlo correctamente.
Aunque sean molestas, las llagas en la boca no esconden ninguna patología grave por la que te debas preocupar. Una dieta sana y equilibrada ayuda mucho a prevenirlas.
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