La responsabilidad civil por pérdida de documentos del abogado

La responsabilidad civil por pérdida de documentos del abogado

Los abogados, como profesionales del derecho, están sujetos a una serie de obligaciones y deberes en el ejercicio de su actividad. Esta responsabilidad la tienen tanto con sus clientes como con los tribunales y la sociedad en general. Entre estas obligaciones se encuentra la de custodiar y conservar los documentos que les confían sus clientes o que obtienen en el desarrollo de su labor. En este artículo te contamos cuál es la responsabilidad civil por pérdida de documentos del abogado.

Y es que, estos documentos pueden tener un gran valor jurídico, económico o sentimental para los clientes, y su pérdida, robo o destrucción puede causarles un grave perjuicio. Pero ¿qué ocurre cuando un abogado pierde o extravía los documentos de su cliente? ¿Qué responsabilidad civil le puede corresponder? ¿Qué requisitos se deben cumplir para exigirle una indemnización?

La responsabilidad civil contractual del abogado

La responsabilidad civil por daños a documentos y expedientes en un abogado es la obligación de reparar el perjuicio causado al cliente o a un tercero por la pérdida, destrucción, deterioro o sustracción de los documentos o expedientes que el abogado tiene en su poder o custodia para el desarrollo de la gestión encomendada.

La relación entre el abogado y el cliente se basa en un contrato de arrendamiento de servicios, regulado por los artículos 1544 y siguientes del Código Civil. Según dicho artículo 1544, “el arrendamiento de obras o servicios es uno de los contratos nominales que se perfeccionan por el mero consentimiento. Por este contrato, una de las partes se obliga a ejecutar una obra o a prestar a la otra un servicio por precio cierto”.

En este sentido, el abogado se obliga a prestar al cliente un servicio consistente en la dirección y defensa de sus intereses jurídicos, mediante la aplicación de sus conocimientos y habilidades profesionales. A cambio, el cliente se obliga a pagarle unos honorarios pactados. En este sentido, la responsabilidad civil del abogado deriva del incumplimiento o cumplimiento defectuoso de las obligaciones que le incumben en virtud del contrato.

Obligaciones de medios o de resultado

Estas obligaciones pueden ser de medios o de resultado, según exijan al abogado una determinada conducta o un determinado resultado.

  • Las obligaciones de medios son aquellas que exigen al abogado actuar con la diligencia debida, es decir, con la pericia, cuidado y prudencia propios de un buen profesional. En este caso, el abogado no garantiza el éxito de su gestión, sino que se limita a emplear todos los medios adecuados para lograrlo. Por ejemplo, son obligaciones de medios las de informar al cliente sobre las posibilidades y riesgos de su caso, asesorarle sobre la estrategia más conveniente, presentar los escritos y recursos pertinentes, etc.
  • Las obligaciones de resultado son aquellas que exigen al abogado obtener un resultado concreto y determinado. En este caso, el abogado se compromete a lograr un fin específico, y responde en caso de no conseguirlo. Por ejemplo, son obligaciones de resultado las de entregar al cliente la documentación del proceso, devolverle los documentos que le confió o conservarlos debidamente.

La diferencia entre las obligaciones de medios y de resultado es importante a la hora de determinar la responsabilidad civil del abogado. En las obligaciones de medios, el cliente debe probar que el abogado actuó con negligencia o imprudencia, es decir, que no empleó los medios adecuados para defender sus intereses. En las obligaciones de resultado, en cambio, basta con que el cliente pruebe que el abogado no obtuvo el resultado prometido, sin necesidad de demostrar su culpa.

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La pérdida de documentos como incumplimiento contractual

En su desempeño profesional los abogados están sujetos al deber de diligencia e igualmente al deber de secreto profesional que puede ser violentado si existe un robo o extravío de información. Todos estos deberes del abogado (lex artis) tienen su fundamento en el Estatuto General de la Abogacía Española, en el Código Deontológico de la Abogacía y en las propias normas y orientaciones de los Colegios Profesionales.

La pérdida, robo o destrucción de documentación es uno de los siniestros más frecuentes en los abogados. Desde el punto de vista de una adecuada gerencia de riesgos, es conveniente registrar siempre la documentación confiada por los clientes. Además, el extravío de este material puede dar lugar a una infracción de la protección de datos personales.

Algunos ejemplos de reclamaciones de este tipo de responsabilidad civil en el mundo de la abogacía son:

  • Una abogada pierde el documento del cliente, esto conlleva un coste para recuperar o rehacer esos documentos.
  • Un abogado extravía un expediente judicial de un cliente e incumple el plazo para interponer un recurso contra una sentencia.
  • Un abogado sufre un robo en su bufete y desaparecen documentos de un cliente con datos personales de terceros que tenía en custodia.

Para exigir la responsabilidad civil del abogado por pérdida, robo o destrucción de documentos, el cliente debe cumplir acreditar los siguientes requisitos:

  • La existencia y validez del contrato entre el abogado y el cliente.
  • La entrega o posesión por parte del abogado de los documentos perdidos o extraviados.
  • La pérdida, robo o destrucción de los documentos por parte del abogado, ya sea por acción u omisión.
  • El daño causado al cliente por la pérdida, robo o destrucción de los documentos.
  • El nexo causal entre la pérdida o extravío de los documentos y el daño causado al cliente.

La cuantificación del daño por pérdida de documentos

El daño causado al cliente por la pérdida, robo o destrucción de los documentos puede ser de diversa índole, según el valor y la función de dichos documentos. El daño puede ser patrimonial, material o inmaterial, emergente o lucro cesante.

Daño patrimonial

Es aquel que afecta al patrimonio del cliente, es decir, a sus bienes o derechos. El daño patrimonial puede ser material o inmaterial, el material es aquel que se refiere a la pérdida o deterioro de una cosa. Mientras que el daño inmaterial es aquel que se refiere a la pérdida o menoscabo de un derecho. Por ejemplo, si el abogado pierde un documento que acredita la propiedad de un inmueble, el daño patrimonial material será el valor del inmueble, y el daño patrimonial inmaterial será la imposibilidad de ejercer el derecho de propiedad.

Daño emergente

Este tipo de daño se refiere al empobrecimiento efectivo del cliente por la pérdida, robo o destrucción de los documentos. El lucro cesante es aquel que se refiere al beneficio dejado de obtener por el cliente por la pérdida o extravío de los documentos. Por ejemplo, si el abogado pierde un documento que le permitía al cliente reclamar una indemnización, el daño emergente será el coste de obtener otro documento equivalente, y el lucro cesante será la indemnización dejada de percibir.

Cuantificación del daño

La cuantificación del daño por pérdida, robo o destrucción de los documentos dependerá del tipo y la extensión de este. En general, se aplicarán los criterios de valoración establecidos en las normas legales aplicables al documento perdido o extraviado, así como los principios de reparación integral, proporcionalidad y equidad.

  • La reparación integral implica que el abogado debe indemnizar al cliente por todos los conceptos y modalidades de daño que le haya causado por la pérdida o extravío de los documentos, sin que haya lugar a enriquecimiento injusto ni a compensación con otros beneficios.
  • La proporcionalidad implica que el abogado debe indemnizar al cliente en función del grado de culpa o negligencia que haya tenido en la pérdida o extravío de los documentos, así como de la contribución causal del cliente o de terceros en la producción del daño.
  • La equidad implica que el abogado debe indemnizar al cliente atendiendo a las circunstancias particulares del caso, tales como la importancia y trascendencia de los documentos perdidos o extraviados, la relación y confianza entre el abogado y el cliente, la duración y complejidad del encargo profesional, etc.

En definitiva, la responsabilidad civil del abogado por pérdida, robo o destrucción de los documentos del cliente es una cuestión que puede plantearse en el ámbito judicial o extrajudicial. Para ello, es necesario probar tanto el incumplimiento contractual del abogado como el daño causado al cliente y su relación causal. La cuantificación del daño dependerá del tipo y la extensión de este, así como de las circunstancias del caso concreto.

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