La coccidiosis es una enfermedad parasitaria que afecta a los perros, aunque hay algunos que están más expuestos, como con cualquier enfermedad.

¿Quiénes? Los cachorros y los que tengan un sistema inmunológico más bajo. El nombre, que además de ser difícil de pronunciar, tiene un difícil «diagnóstico fijo». Esto se debe a que las consecuencias pueden ser desde leves hasta mortales.

Pero no te alarmes.

En este post te explicamos cómo se transmite, cuáles son los síntomas, el diagnóstico, el posible tratamiento y, sobre todo, como evitarlo para proteger a tu perro

¿Qué es la coccidiosis y cómo se contagia?

La coccidiosis, si nos ponemos en plan técnicos, es un parásito protozoario de genero Cystisospora y afecta al tracto intestinal. Es decir: un parásito que afecta al intestino.

Su contagio suele darse al ingerir agua, alimentos contaminados, o superficies donde los perros… han defecado. Así, si había una bacteria de este tipo y se dan las condiciones óptimas para que se vuelva «infectante» (suficiente tiempo y ambiente), es cuando comienza el peligro.

Factores de riesgo

Como comentábamos al principio, los factores de riesgo harán que un perro sea más o menos propenso a contagiarse:

  • Por edad (los cachorros son mucho más susceptibles).
  • El entorno también afecta: si se vive en núcleos urbanos con alta densidad de población canina (perreras, refugios…) el riesgo es mayor.
  • Estrés. Y no por el estrés en sí. Sino porque el estrés debilita el sistema inmunológico del perro (y el tuyo también).
  • Falta de higiene. Y no hablamos de tu perro, que puede estar perfectamente cuidado. Falta de higiene en las calles o en los lugares donde se «incuba» la bacteria para evitar la propagación de la misma.

Síntomas,  ¿Cómo me doy cuenta de que mi perro tiene Coccidiosis?

Los síntomas son diferentes según la carga parasitaria y la salud general del perro.

Así que, partiendo de esa base, aquí van los 6 síntomas más comunes (que por otro lado son aplicables a otras tantas enfermedades):

  • Diarrea.
  • Vómitos.
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Letargo y falta de energía.
  • Deshidratación.

Prevención

Tristemente, la prevención (aunque muy importante) es difícil para prevenir la coccidiosis.

Es decir, la higiene de las calles no puede ser controlada, pero sí podemos vigilar dónde chupa nuestro perro.

Lo mismo ocurre con el agua o el alimento que le proporcionamos.

Es importante, en este sentido, mantener el control de los parásitos como pulgas o garrapatas que puedan influir en su sistema inmunológico.

Siempre evitar el contacto con perros que posiblemente estén infectados.

Y sobre todo, lo más importante: visitas regulares al veterinarios y de urgencia ante cualquier signo de alarma.

La importancia de visitar al veterinario

A veces podemos creer que estamos exagerando, pero es mejor siempre prevenir que curar.

Sabemos que los costes de un veterinario pueden ser altos, pero en caso de enfermedades como esta los seguros de reembolso para gastos veterinarios por enfermedad pueden ayudarnos a cubrir la totalidad (o parte) de la factura.

Hay que ser conscientes de que nuestros perros no cuentan con un sistema de salud pública, como sí tenemos nosotros, por lo que contar con un seguro de estas características puede ser vital.

Queremos recordarte que el mejor tratamiento siempre es la prevención.

Si tu perro aun no cuenta con un seguro que cubra tratamientos por enfermedad o accidentes, no dudes en consultar los seguros para gatos de Aon o pedir información gratis y sin compromiso.