Cuidar la piel en invierno es tan importante como cuidarla en verano. En los meses de frío está expuesta a inclemencias meteorológicas y bajas temperaturas, lo que afecta especialmente a zonas tan sensibles como las mejillas, los labios, el cuello o las manos.

Cómo afecta el frío a la piel

¿Qué le hace el frío a la piel expuesta? El frío provoca la vasoconstricción de los capilares que, al contraerse, disminuyen la irrigación. Esto significa que las células de la epidermis obtienen menos oxígeno y menos nutrientes, lo que le da un aspecto apagado y hace que la piel se quede más seca, tirante y sensible, pudiendo presentar descamación e inflamación en algunas áreas. Afortunadamente, podemos evitar llegar a esto siguiendo algunas pautas de cuidados diarios muy sencillos.

Cuidados de la piel sencillos y recomendados para el invierno

Limpieza

Hay que lavar la piel con agua templada para evitar los cambios bruscos de temperatura. Es decir, no se debe usar agua caliente, pero tampoco agua fría del tiempo. Los cambios de temperatura aumentan el riesgo de aparición de arañas vasculares, en el rostro o en otras partes del cuerpo.

Esto aplica también a la ducha diaria. Aunque la tentación de usar agua muy caliente puede ser grande durante el invierno, lo más saludable para la piel y el organismo es hacerlo con agua tibia.

Hidratación

Es fundamental hidratar la piel a diario, no solo una vez, sino varias. Como hemos visto, el frío inhibe la correcta irrigación de la sangre, y provoca sequedad rápidamente. Por lo tanto, hay que aplicar un producto que cree una película protectora que mantenga la humectación. Las personas que padecen algún tipo de dermatosis tienen que poner aún más atención a este cuidado diario.

No debemos olvidarnos de los labios, que sufren mucho durante el invierno, ya que la piel que los recubre es especialmente fina y delicada. Para evitar que se agrieten, hay que mantenerlos hidratados de forma constante con un producto específico.

Protección

Aunque tendemos a relajarnos con el tema del sol durante el invierno, también se recomienda usar protección solar durante esta época, al menos si nos vamos a exponer durante un tiempo prolongado. En las zonas de nieve, es fundamental para evitar quemaduras, pues la nieve refleja hasta un 80% de radiación solar.

Cuidado con las manos

La piel de las manos también sufre los rigores del invierno. En los meses fríos, son muy frecuentes las consultas médicas por dermatitis de desgaste en las manos, sobre todo en personas que, por su estilo de vida o trabajo, necesitan lavárselas de forma repetida, o están expuestas al frío durante largas jornadas. Lo mejor para cuidarlas y que noaparezcan grietas dolorosas, es tratar de usar guantes o mitones, y aplicar, de forma constante, cremas con efecto barrera. En las manos también hay que evitar los cambios de temperatura para evitar el riesgo de los dolorosos sabañones.

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Alimentación

La alimentación es otro factor crucial para el cuidado de la piel. En invierno, aunque no perdemos tantos líquidos como en verano, también hay que prestar atención a la hidratación. El frío, como hemos visto, también deshidrata, así que hay que seguir bebiendo suficiente agua al día. Por otra parte, la vitamina C es clave para fortalecer la piel, así como una buena cantidad de antioxidantes. Las frutas cítricas y los frutos secos, pueden ser grandes aliados.

Como ves, cuidar la piel en invierno es muy sencillo si seguimos algunas pautas básicas.

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