El estreñimiento en el embarazo es bastante común. El término hace referencia a la apreciación de cada individuo sobre su hábito intestinal. El criterio más objetivo suele ser la frecuencia de la defecación, considerándose estreñido si el individuo hace menos de 3 deposiciones semanales.

Lo cierto es que el estreñimiento no solo hace referencia a la frecuencia, si no que suele tratarse también de heces duras, secas o grumosas, siendo estas difíciles de evacuar o dolorosas. Incluso puede persistir la sensación de evacuación incompleta.

El estreñimiento es un síntoma y no una enfermedad en sí misma y suele estar relacionado con la aparición de un problema en el intestino grueso, la toma de fármacos o un cambio de hábito.

Es un sintoma gastrointestinal comun en el embarazo y suele presentarse en el segundo y tercer trimestre, sin embargo, las mujeres pueden tener este padecimiento en cualquier momento de la gestación del bebé. Generalmente tiene que ver con los cambios hormonales que se dan durante la gestación.

Causas

Durante el embarazo se produce un aumento de la hormona de progesterona. Esta hormona es la causante del estreñimiento ya que ocasiona un descenso de la actividad del músculo liso del colon y un alargamiento en el tiempo de tránsito por el intestino.

Además, a medida que avanzan los meses de gestación, el útero presiona cada vez más al recto, llegando a comprimir los intestinos, por lo que el paso de los alimentos es más lento.

Pero no solo el aumento de esta hormona es la responsable del estreñimiento en las mujeres gestantes. Otros motivos son:

  • Disminución de la actividad física
  • Exceso de hierro producido por complementos nutricionales
  • Presión que ejerce el feto por el sistema digestivo
  • Medicamentos para la depresión
  • Dieta pobre en fibras, verduras y frutas
  • Falta de líquidos

 

Cómo prevenir el estreñimiento en el embarazo

Al menos el 50% de las mujeres padecen esta dolencia durante la gestación. Sabiendo estos datos podemos anticiparnos para tomar medidas y actuar en todo lo que sea posible para prevenirlo o suavizar los síntomas.

 

Realizar ejercicio

La actividad física o caminar durante al menos 30 minutos al día será fundamental para una correcta digestión y favorecer el tránsito intestinal. La actividad física deba estar supervisada por un profesional y suscrita a las pautas del médico. No deben ser ejercicios de alta intensidad.

Beber abundante agua

se recomienda que las mujeres embarazadas beban alrededor de 2 litros (entre 8 y 10 vasos) de agua durante el día y otros líquidos como zumos naturales. Además, tomar un vaso de agua tibia por las mañanas puede ayudar a mejorar el tránsito intestinal.

Dieta equilibrada

Durante el embarazo se debe seguir una dieta equilibrada y sana en la que predomine el consumo de verduras, frutas, vegetales y otros alimentos ricos en fibra con el objetivo de obtener al menos 25 gramos al día. Aumentar la ingestión de fibra de forma repentina puede provocar un efecto secundario de exceso de gases, por lo que hay que procurar comer despacio y evitar tragar demasiado aire. Además, evita las bebidas con gas y los chicles.

En lugar de hacer tres comidas grandes al día, haz comidas más pequeñas con más frecuencia para que te resulte más fácil digerir los alimentos.

Principales molestias del estreñimiento

La hinchazón y la sensación de pesadez son las consecuencias directas más molestas del estreñimiento. Pero no son las únicas:

El estreñimiento provoca la aparición de hemorroides. Las hemorroides son varices de los vasos sanguíneos del recto, un problema frecuente durante el embarazo. Las sufre un 30% de las mujeres embarazadas.

El problema puede prolongarse y la mamá también puede sufrir hemorroides después del parto. Pueden causar picor y molestias leves, o resultar muy dolorosas si están inflamadas. También son debidas a factores hormonales, que relajan las paredes de los vasos sanguíneos, y a la presión del útero, que obstaculiza el retorno de la sangre de las venas.

El estreñimiento en el embarazo agrava las hemorroides porque las heces duras y poco hidratadas irritan la mucosa del ano a su paso. A su vez, la inflamación de las hemorroides hace que evacuar el intestino sea más molesto y dificultoso. Y eso, a su vez, puede agravar el estreñimiento.

También la cistitis y la vaginitis, frecuentes durante el embarazo, están relacionadas con el estreñimiento. El estancamiento de las heces en el intestino altera la flora bacteriana y favorece la proliferación de bacterias agresivas. Estas bacterias, al migrar hacia las vías urinarias y genitales, pueden provocar infecciones cuanto menos fastidiosas. En algunos casos, incluso implicar riesgos para el embarazo.

Durante el embarazo se manifiesta junto con acidez de estómago y el reflujo después de las comidas. Estos dos fenómenos se deben al mismo mecanismo hormonal: la acción de la progesterona, que relaja los tejidos del aparato gastrointestinal y ralentiza la digestión y el tránsito de los alimentos.

Siempre es recomendable el seguimiento durante todo el embarazo de tu ginecólogo para evitar complicaciones y nos proporcione las pautas a seguir en caso de estreñimiento tu otras complicaciones para su prevención o tratamiento. Lee más sobre la maternidad y los seguros de salud

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