Se calcula que desde que empezó la Covid los casos de depresión han crecido un 28%. No obstante, son unas cifras que los expertos consideran bajas y que no reflejan del todo la realidad. Creen que hay un número significativo de casos sin diagnosticar por ocultación, una depresión atípica que está pasando desapercibida: la depresión sonriente.

¿Qué es la depresión sonriente?

La depresión sonriente es el padecimiento de una depresión que no manifestamos de cara a los demás, lo que conlleva un cuadro depresivo con unos síntomas ligeramente distintos.

¿Qué quiere decir esto?

En los últimos años la sociedad ha experimentado un cambio importante debido a las circunstancias sufridas a causa de la pandemia.

Por un lado, el crecimiento del malestar de salud mental ha provocado que se manifieste con mayor medida y deje de estigmatizarse, lo que ha favorecido su visibilidad.

Pero, por otro lado, la digitalización ha creado un paradigma en el que no estar feliz parece imposible. En las redes sociales hay que demostrar en todo momento que se tiene una vida perfecta, lo que no solo añade una carga de presión, sino que además crea «un juego de espejos engañoso» cuando se compara la propia existencia con la de los demás. Completa la lectura con el impacto de las redes sociales en la salud mental.

El conjunto de estas situaciones ha provocado que muchas personas crean que viven en un mundo que les exige ser felices o, al menos, deban serlo aparentemente, lo que hace que asocien estados de tristeza o depresivos como un rasgo de su personalidad.

Esto provoca la falta de atención y normalización en los cuadros de angustia existencial.

Peligros de la depresión sonriente

Todo esto conlleva a la falta de expresión y comunicación del estado anímico que padecen. Como hemos mencionado antes, en muchas ocasiones tiende a normalizarse y asociarse a un rasgo de personalidad, lo que induce a ignorar el problema o no darle tratamiento, puesto que no se ve como tal.

Generalmente, las personas que la sufren no parecen tener motivos para tenerla, lo que hace que no la exprese por creer que no tiene razones para estar mal, haciéndola muy peligrosa por su falta de visibilidad y comprensión.

Esto favorece que el entorno no comprenda ni vea las razones para estar deprimido, haciendo que disminuya el apoyo social.

Su diagnóstico, cuando lo hay, suele darse cuando la enfermedad ya está desarrollada y asentada, por lo que este tipo de depresión tiende a tener el porcentaje más elevado de suicidios, siendo este el mayor peligro de todos. A priori puede parecer que las personas que sufren depresión típica son más vulnerables para los intentos autolíticos, pero en contraposición, la depresión sonriente vincula la fuerza que tienen para continuar en su día a día con la que tienen para llevar a cabo el suicidio. Al contrario de lo que ocurre con la depresión, que pueden tener ideas suicidas, pero no suficiente energía para actuar en base a sus intenciones.

Quien se suicida no quiere morir, quiere dejar de sufrir.

¿Cómo identificarla?

Como ya hemos aprendido a lo largo del post, es muy difícil identificar qué personas la sufren. Algunos de los consejos a observar son:

  • Todo va bien siempre. No hay brechas en su vida.
  • Hay un esfuerzo evidente por la persona de estar siempre en todas las situaciones. Se enfrenta a todas las responsabilidades sin excusas.
  • No es capaz de expresar ningún día algo que no sea felicidad.
  • Está siempre activo y ocupa cada hora del día. Así puede huir de sus problemas.
  • La imagen social es lo más importante. Su aspecto físico es impecable.
  • Se eleva su nivel de autoexigencia.
  • Hay alteraciones del sueño y también del apetito.
  • Hay una búsqueda recurrente de libros que le ayuden a alcanzar la felicidad.
  • Oscila entre la necesidad de estar con los demás y el aislamiento, de forma extrema.
  • Aparecen explosiones de ira sin motivo aparente.
  • El entusiasmo está afectado. Los gustos parecen haber cambiado y no siente motivación.

Además, las personas que lo padecen suelen sienten que:

  • Mostrar signos de depresión sería un signo de debilidad.
  • No tiene depresión en absoluto, porque está «bien».
  • Que es posible que otros estén peor, así que por qué quejarse.
  • El mundo estaría mejor sin él o ella

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Tratamientos

Cuando la persona es consciente de que “algo no está funcionando correctamente” el primer paso siempre va a ser buscar ayuda profesional. El profesional será el encargado de evaluar el estado del paciente y establecer un plan de acción acorde a la situación. Generalmente, en primer lugar, se trata de ayudar a la persona a dejar de racionalizar todo lo que le sucede.

Es decir, enfrentar el pensamiento de que “ningún problema es suficientemente serio”. Ayudar a la persona a reconocer su estado anímico y darle la importancia que merece será uno de los primeros pasos de quien busca ayuda. Que no ridiculice sus problemas, que nos les reste importancia y que la manera en la que se siente no va a desaparecer de forma espontánea.

Tras esta toma de concienciación, el resto de tratamiento es muy similar a la depresión común.

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