Recibir luz solar es fundamental para mantener unos niveles saludables de vitamina D en el cuerpo. El sol regula nuestra vida a todos los niveles, y es normal que disfrutemos tomando el sol.

Lo que no hay que perder de vista son los efectos del sol en la piel, ya que la exposición debe estar siempre controlada, y más en los meses de verano.

Hoy te contamos por qué es tan importante utilizar protección solar para nuestra piel. Y no solo cuando vayamos a tomar el sol. Siempre que nos expongamos al sol, debemos tomar precauciones.

Los efectos del sol en la piel: cómo nos afectan los rayos UV

Recibir luz solar es muy beneficioso en pequeñas dosis, ya que mejora nuestro estado anímico y encima nos proporciona la vitamina D que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente.

Pero exponerse al sol en grandes dosis puede ser peligroso. No hay que pensar en el impacto de los rayos solares solo en la playa o piscina. Salir a pasear un día de verano (e incluso de invierno) también supone una exposición a los rayos solares, y por tanto requiere de protección.

La luz del sol puede provocar daños en nuestra piel y en nuestro sistema inmunitario, como estos:

  • Eritema solar (quemaduras)
  • Envejecimiento prematuro de la piel
  • Sistema inmunitario debilitado
  • Reacciones alérgicas en la piel
  • Daños en el ADN, que pueden producir mutaciones y cáncer de piel

La luz UV tiene tres tipos, aunque solo dos llegan a nuestra piel. Son estas:

  • Ultravioleta A (UVA): impacta en nuestra piel y produce envejecimiento prematuro.
  • Ultravioleta B (UVB): es la que nos da la energía para que el cuerpo pueda elaborar la vitamina D, pero también es la responsable de las quemaduras y del daño del ADN.

Cómo protegernos de los rayos UV y tomar el sol de forma saludable

La piel tiene su propio sistema de protección ante el sol: la melanina. Se encarga de absorber parte de la radiación dañina y protegernos. Esta sustancia es la responsable de que nos pongamos morenos, porque acaba tiñendo nuestras células.

Y aunque hace un gran trabajo protegiéndonos, no es suficiente. La melanina necesita que la ayudemos con fotoprotección. La fotoprotección se puede dar de diferentes maneras:

  • Fotoprotección física: poner una barrera entre el sol y tú. Desde la ropa, a las sombrillas (que pueden disminuir la acción del sol un 50%, por lo que no lo elimina totalmente) a las gafas de sol.
  • Fotoprotección biológica: por ejemplo, el bronceado producido por la melanina. Son las defensas que genera nuestro cuerpo para protegerse.
  • Fotoprotección química: utilizar protección solar es la más común.

La fotoprotección química, como las cremas solares, emplean filtros contra los rayos UV que reducen la cantidad de radiación ultravioleta que nuestra piel absorbe.

Muchas personas no utilizan crema solar porque quieren ponerse morenos, y piensan que los productos de fotoprotección impiden el bronceado. Esto es un mito, ya que la melanina de nuestra piel seguirá trabajando incluso con ayuda externa

 Puedes ver otros bulos en el siguiente vídeo:

Cuándo los rayos UV son más intensos

La potencia de los rayos UV depende de varios factores, y estos son los más importantes:

  • Hora del día: de 10 a 16 son más intensos.
  • Época del año: en primavera y verano en países como España.
  • Reflejo en superficies: la creencia de que te pones más moreno en la playa tiene parte de verdad. Los rayos UV rebotan en el agua y la arena, aumentando la exposición.

Hay que tener en cuenta que la nubosidad no tiene por qué disminuir la incidencia de los rayos, por lo que incluso en días nublados hay que tener precauciones y utilizar protector solar.

Sigue leyendo aquí cómo identificar las manchas en la piel para saber si estamos ante un problema de salud.

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