Cómo mejorar la salud emocional de los hijos

La salud emocional es una de las grandes olvidadas durante la etapa de crianza y educación de los hijos. Sin embargo, es un aspecto crucial para el buen desarrollo psicológico de las personas, ya que es durante la infancia cuando se plantan las semillas de lo que será un adulto equilibrado y feliz.

Por qué es importante la salud emocional

A menudo reducimos el concepto de salud al plano físico, pero la realidad es que el ser humano es más complejo. Según los criterios de la OMS y de expertos independientes, la salud abarca también el aspecto social y el emocional. Las familias se preocupan por la salud física de sus hijos, tratando enfermedades, malestares y cambios, y acudiendo a revisiones médicas. También se le suele prestar atención al aspecto social fomentando la interacción de los pequeños con sus iguales. Pero, la salud emocional parece ser la gran olvidada, pese a su gran importancia.

La salud emocional se consigue proporcionando una buena educación emocional a los hijos. Esta educación pasa por cubrir sus necesidades afectivas y dar validación y sostén a sus emociones y sentimientos. Satisfaciendo estas necesidades psicológicas se apuntala una sólida autoestima, se trabaja la empatía y se desarrolla la inteligencia emocional, aspectos todos ellos fundamentales para una vida plena y unas relaciones saludables.

Pautas para mejorar la salud emocional

Estas son algunas pautas para mejorar la salud emocional de los hijos.

Mostrar cariño abiertamente

Expresar afecto de forma explícita es importante para que los hijos se sientan amados y aceptados. Las muestras de cariño y atención, son una demostración de que el amor de sus padres es incondicional y de que es digno y merecedor de ese amor, independientemente de su carácter, sus logros académicos o su comportamiento.

Aceptar sus emociones

Para que los niños aprendan a regular sus emociones, estas tienen que ser aceptadas. Frases aparentemente inofensivas como “no llores que no es para tanto” o “no te pongas así”, pueden resultar muy dolorosas y frustrantes, ya que no se está validando esa reacción emocional. Esto puede dar lugar a estrategias de regulación emocional inadecuadas como la represión o la ira.

Mostrar empatía

Aceptar las emociones de los niños es importante, pero aún hay que ir un paso más allá: hay que mostrar empatía o sintonía emocional. Eso quiere decir que los adultos tienen que escuchar al pequeño, entender por qué se está sintiendo así y conectar con esas emociones. De esta forma, los hijos no van a sentirse solos o abrumados ante ciertos estados emocionales porque saben que son comprendidos y apoyados.

Comunicación y tiempo de calidad

La comunicación es la base de cualquier relación sana, y esto incluye al entorno familiar y al vínculo entre padres e hijos. Solo así se puede ir creando un clima de confianza en el que los niños y los adolescentes puedan expresar sin temor sus problemas, inquietudes y emociones.

Mantener el rol de adulto

El padre y la madre no son los amigos de sus hijos. Son los adultos responsables y referentes, y ese es el rol que se debe mantener. Los niños necesitan límites para sentirse seguros y sus padres tienen que ser figuras sólidas y firmes (pero también disponibles y cariñosas), capaces de brindar protección, respaldo, apoyo y guía ante los problemas normales de la vida.

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Estos son algunos de los aspectos que hay que tener en cuenta para mejorar la salud emocional de los hijos. También contamos con la opción de pedir asesoramiento a un terapeuta profesional. En Aon ponemos a tu disposición las mejores compañías aseguradoras del mercado al mejor precio, así como sus cuadros médicos y los mejores especialistas. ¿Te informamos sin compromiso?