Cómo dar medicinas a los niños

Si como adulto puedes tener cierta reticencia a algunos medicamentos debido a su sabor o composición, puedes imaginar que este problema se agrava cuando se las tiene que tomar un niño. El sabor desagradable se debe a los principios activos con los que cuenta el medicamento, por lo que es algo necesario.

Si te sientes identificado con este problema, no te preocupes. Aquí vas a encontrar algunas soluciones para que la tarea de dar medicinas a los niños sea mucho más llevadera.

Consejos para dar medicinas a los niños

Deja claro que no son chuches

No todos los medicamentos cuentan con un sabor desagradable, de hecho, algunos diseñados para los niños son todo lo contrario. Para facilitar la toma de estos, el sabor cambia completamente, llegando a convertirse en una especie de chuchería muy agradable.

Es importante dejar claro a los niños, desde el primer momento, que las medicinas no son chuches y que tan solo se toman para que uno se ponga buenos. Que el niño tenga conciencia de esto servirá para que únicamente tome el medicamento cuando esté enfermo y no trate de consumirlo sin conciencia como si se tratara de una chuchería.

Crea un ambiente agradable

Crear un ambiente agradable facilitará mucho la toma del medicamento. Puedes explicar a tus hijos de forma tranquila y calmada la importancia que tiene el medicamento en su salud. Si los niños aprenden que el medicamento les ayudará a estar mejor, seguro que se muestran menos reacios a tomarlo.

El ambiente agradable también es importante para que no confundan la toma del medicamento con un castigo, a pesar de que se puedan enfadar por no querer tomarlo. Dependiendo de la edad del niño, puedes ayudarte con la lectura de un cuento o contando una historia en donde se hable de la importancia que tiene tomar medicinas cuando uno está malo.

Deja que el niño participe

Involucra al niño directamente en la toma del medicamento. Puedes hacer que tu hijo elija la cuchara que quiere utilizar o que el mismo se encargue de la dosis. Debido a la importancia que tiene este proceso de preparación es necesario que siempre te encuentres supervisando la situación para asegurarte de que lo hace de la forma correcta.

Si el niño se siente partícipe de la actividad será mucho más fácil que tome el medicamento. Además, estarás contribuyendo a crear un hábito futuro para que cuando sea adulto él pueda tomarse el medicamento por su cuenta cuando tenga necesidad de ello.

Elige el momento adecuado

A pesar de que cada medicamento puede tener su propia pauta en cuanto a horas de administración se refiere, es importante elegir los momentos adecuados para que la toma sea más sencilla.

Evidentemente, si eliges un momento en donde has discutido con tu hijo o este se encuentra triste, tendrás muchas más dificultades para hacer que se tome su medicina sin problema. Aprovecha los momentos agradables de felicidad o tranquilidad para que tu hijo se tome la medicina.

Algunos de los peores momentos para administrar la medicación a tus hijos son cuando están cansados, irritados o tienen hambre. Con el estómago lleno y más felices será mucho más fácil que se la tomen.

Los refuerzos positivos funcionan

Finalmente, puedes hacer uso del refuerzo positivo. Si tu hijo toma la medicina sin problemas y se ha portado bien puedes premiar su actitud. Una muestra de afecto como un beso, felicitación o un abrazo repercutirán de forma positiva en el sentir del pequeño.

Por otro lado, también puedes hacer uso de otros elementos sencillos, por ejemplo, le puedes premiar con un regalo sencillo como pudiera ser una pegatina. Todo suma.

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