Siempre nos acordamos de nuestros lunares en verano, cuando lucimos nuestro cuerpo serrano y empezamos a tomar el sol y la prensa nos recuerda la cantidad de melanomas que se diagnostican cada año.

Pero hacer una revisión de tus lunares y pecas, no debería ser una tarea anual estival, sino que lo deberíamos hacer regularmente. No me dirás que no te miras al espejo en todo el año, ¿verdad? Pues cualquier momento es bueno para echarle un ojo de forma más exhaustiva.

Detectar un cambio de forma precoz en un lunar, una peca o una mancha de tu piel, puede significar poder atajar a tiempo un cáncer de piel y otras afecciones cutáneas que pueden llegar a ser graves si se cronifican en el tiempo.

¿Cómo se hace una revisión de tus lunares y pecas?

Para que te sea más fácil de recordar, vamos a utilizar la regla del “ABCD” de la que ya hablamos en el artículo “Manchas en la piel”. Ni que decir tiene que si observas alguno de los signos que te vamos a indicar llames inmediatamente a un dermatólogo.

  • A. Asimetría.

Los lunares son simétricos. Esto significa que si los partes por la mitad, las dos mitades son iguales. Si no tiene forma redonda u ovalada sino que es absolutamente irregular, sospecha.

  • B. Bordes.

Los bordes de un lunar son claros y limpios, es decir, se ve perfectamente dónde acaba el lunar o la mancha y dónde empieza la piel intacta.

  • C. Color.

Los lunares suelen ser de color marrón medio u oscuro. Aunque existen algunos nevus (es el nombre oficial de los lunares) que son blancos, o rosas o más tirando a grises o a negro. Pero habitualmente es un color concreto. Si observas un color fuera de lo habitual en tu piel (por ejemplo muy rojo, o muy rosa, o muy oscuro pero con diferentes tonalidades) consúltalo.

  • D. Diámetro

Normalmente un lunar no supera los seis milímetros. Si es más grande o está cambiando de tamaño, debes vigilarlo y preguntar.

Otros motivos para hacer una revisión

Más motivos para hacer una revisión de tus lunares y pecas. Si una mancha aparece en poco tiempo y crece rápido, te pica, supura o se descama, te sangra o te molesta, o bien es una herida que no termina de curarse, también es importante que lo consultes. No se trata de alarmar a nadie, puede tratarse de una inflamación, dermatitis o un hongo, pero siempre es mejor que te lo diagnostique un profesional, y que te quedes tranquilo.

Zonas donde es importante hacer una revisión de tus lunares y pecas

Debes hacer una revisión de tus lunares y pecas especialmente tu espalda, tus brazos y tus piernas, pero no te olvides de la cabeza. En esa zona se produce un 20% de los melanomas, quizá porque no nos aplicamos crema protectora, o lo hacemos de peor forma (por ejemplo, detrás de las orejas, la nariz, o la nuca) además de que la cara y el cuero cabelludo son zonas muy irrigadas por pequeños vasos, por lo que una lesión tiene más facilidad para extenderse.

El sol es estupendo y fundamental para conseguir vitamina D, pero debes tomarlo siempre con moderación y con protección. Repite la aplicación del protector solar cada dos horas o más a menudo si sudas o te bañas (por mucho que ponga que es resistente al agua) y protege la cabeza con un sombrero y tus ojos con unas gafas. La prevención es el primer paso de la curación.

Sigue leyendo el artículo “Efectos del sol en la piel: por qué es importante utilizar protección solar”.

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