La tripa hinchada es un rasgo muy común en los bebés, sobre todo hasta los 18 meses de edad. Muchos padres se preguntan si es normal que sus hijos tengan la barriga tan abultada y si eso puede indicar algún problema de salud. En este artículo vamos a ver las principales razones por las que los bebés tienen la tripa hinchada y cuándo hay que preocuparse o consultar con el pediatra.

Principales razones por las que los bebés tienen la tripa hinchada

La grasa parda: una reserva de energía y calor

Una de las causas más frecuentes de la tripa hinchada en los bebés es la acumulación de grasa parda, un tipo de tejido adiposo que tiene funciones importantes en el organismo de los recién nacidos. La grasa parda se localiza principalmente en el cuello, la tripa y alrededor de los riñones, y sirve para mantener la temperatura corporal de los bebés y para producir energía que evita que puedan caer enfermos en los períodos en los que no están ingiriendo nada.

La grasa parda es más abundante en los bebés que en los adultos, ya que estos últimos no necesitan tanta energía para regular su calor como los pequeños. Por eso, a medida que los bebés crecen y se mueven más, la grasa parda se va reduciendo y su tripa se va desinflando.

Los órganos internos y el espacio limitado

Otra razón por la que los bebés tienen la tripa hinchada es porque sus órganos internos ocupan mucho espacio en su vientre, que es relativamente pequeño en comparación con el de un adulto. En esta zona del cuerpo se encuentran muchos órganos «huecos» donde se puede almacenar aire, como el estómago, el intestino, el colon o el recto.

Estos órganos tienden a hincharse por la acumulación de gases que, en muchas ocasiones, se provocan los propios bebés. Y es que, todavía no controlan demasiado bien la forma de ingerir y tienden a tragar mucho aire. Además, hay que tener en cuenta que los músculos abdominales de los bebés aún no están desarrollados ni tonificados. Por lo que todavía no son capaces de contener la presión de los órganos internos.

Por eso, la tripa de los bebés suele sobresalir hacia afuera, dando la impresión de que están hinchados. Sin embargo, esto es algo normal y transitorio, que se irá corrigiendo a medida que los bebés crezcan, se fortalezcan sus músculos y se amplíe el espacio abdominal.

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Los gases y el estreñimiento son dos molestias frecuentes en bebés

Aunque la tripa hinchada suele ser un signo normal y benigno en los bebés, en algunos casos puede estar asociada a algunas molestias o trastornos digestivos, como los gases o el estreñimiento. Los gases se producen por la fermentación de los alimentos en el intestino, y pueden causar dolor, cólicos, llanto o irritabilidad en los bebés.

Mientras que el estreñimiento se produce por la dificultad o la escasez de evacuación de las heces, y puede provocar malestar, inflamación, dureza o sangrado en el ano de los bebés. Estas dos situaciones pueden deberse a varios factores, como la alimentación, la intolerancia a algún alimento, la falta de fibra o de agua, el cambio de leche, el estrés o la falta de ejercicio.

Para prevenir y aliviar los gases y el estreñimiento en los bebés, se recomienda seguir algunas medidas:

  • Darles el pecho o el biberón en una posición adecuada, evitando que trague aire.
  • Ayudarles a expulsar los gases después de cada toma, poniéndolos boca arriba o sobre el hombro y dándoles suaves masajes o palmaditas en la espalda.
  • Ofrecerles agua entre las tomas, si ya han empezado con la alimentación complementaria.
  • Introducir alimentos ricos en fibra, como las frutas, las verduras o los cereales integrales, de forma progresiva y adaptada a la edad del bebé.
  • Evitar los alimentos que puedan producir gases, como las legumbres, la col, el brócoli o la leche de vaca, si el bebé es alérgico o intolerante.
  • Estimular el movimiento de los bebés, haciéndoles ejercicios con las piernas, poniéndolos boca abajo o animándolos a gatear o a caminar.
  • Consultar con el pediatra si se puede administrar algún medicamento o suplemento para facilitar la digestión o el tránsito intestinal, como las infusiones, los probióticos o los laxantes.

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¿Cuándo hay que preocuparse si tiene la tripa hinchada un bebé?

La tripa hinchada en los bebés suele ser un fenómeno normal y pasajero, que no debe alarmar a los padres, siempre y cuando no se prolongue o vaya acompañado de otros síntomas. Sin embargo, hay algunas señales que pueden indicar que la tripa hinchada esconde algún problema más grave. Algunos ejemplos en los que debemos preocuparnos son:

  • Fiebre, vómitos, diarrea, sangre en las heces o pérdida de peso, que pueden ser signos de una infección, una inflamación o una obstrucción intestinal.
  • Dolor intenso, persistente o localizado en un punto, que puede ser síntoma de una apendicitis, una hernia o una torsión de algún órgano.
  • Tripa muy dura, tensa o abombada, que puede revelar una acumulación de líquido, una tumoración o una perforación abdominal.

Ante cualquiera de estos casos, se debe acudir de inmediato al pediatra o al servicio de urgencias, para que se realice un diagnóstico adecuado y se aplique el tratamiento oportuno.

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