El gato birmano es una raza no tan conocida como otras, por ejemplo el persa, pero siempre debe ser tenida en cuenta si estamos buscando una mascota con la que convivir en casa por su personalidad.

De hecho, pese a no ser famoso, lo cierto es que es uno de los gatos preferidos de miles y miles de personas en todo el mundo, lo cual tiene que ver mucho con la manera en la que se comporta.

Origen del gato birmano

Hay muchas leyendas alrededor del origen del gato birmano, en especial aquella que dice que habitaban templos budistas en donde se les veneraba.

La realidad es que el origen de la raza data de principios del siglo pasado, cuando un criador de siameses obtuvo una gata de color chocolate de Birmania. Esta gata fue cruzada con siameses y después con persas y gatos himalayos.

Así es como surgió la raza, la cual fue reconocida en 1957 y en la que los franceses tuvieron mucho que ver.

Características físicas del gato birmano

Se trata de gatos de tamaño medio y de una complexión fuerte. El pelo es semilargo y muy denso, con una subcapa que recuerda a la lana.

En cuanto a los colores, vemos el dorado en la espalda y blanco crema en lo que los especialistas llaman “guantes”, que son las partes finales de las extremidades, la cara y las orejas. Las patas son de color oscuro, haciendo contraste con el resto del manto.

Los ojos son azules y el peso va desde los 3 a los 6 kilos, siendo superior en el caso de los machos.

Rasgos de personalidad de los gatos birmanos

A pesar de que los gatos son muy independientes, lo cierto es que esta raza siempre busca cariño y atención de su familia. Eso significa que si va a pasar la mayor parte del día solo, lo mejor es optar por otra raza.

El gato birmano es muy juguetón e incluso le podemos enseñar acrobacias y trucos, casi como si fuera un perro. Es ideal si hay niños en casa, puesto que los adoran y los buscan para jugar.

No son pesados, así que sabrán muy bien cuándo retirarse a descansar, de manera que si nos gusta estar tranquilos en casa también será nuestra raza ideal.

Cuidado que necesita la raza birmana

Los cuidados no son diferentes a los de cualquier otra raza de gato. Debido a su tipo de pelaje, conviene cepillarlo de manera regular con la idea de evitar las bolas de pelo.

Por lo demás, basta con acudir al veterinario a las revisiones y limpiar tanto los oídos como los ojos. Para ello, emplearemos un producto específico o una simple gasa estéril con suero salino.

Quizá, lo que sí que necesita por encima de otros gatos es atención. De este modo, le dejaremos juguetes, rascadores o incluso un difusor de feromonas cuando no estemos, pues si se queda solo tiende a buscarnos.

Si va a estar mucho tiempo sin compañía y nos decidimos por la raza, aunque esto no es lo mejor, conviene que haya otro gato en casa o incluso un perro para que no se sienta solo.

Rasgos de salud a tener en cuenta

La salud del gato birmano es fuerte, pero tiene cierta tendencia a padecer algunas enfermedades como el glaucoma, una enfermedad que es muy difícil de detectar cuando aparece, por lo que hay que tenerlo en cuenta y llevar al gato al veterinario a menudo.

También son propensos a que los cálculos de oxalato de calcio en la orina, algo que se puede corregir con una dieta especial. Para ver si los tiene, podemos ir haciendo análisis de orina cada cierto tiempo, siempre de acuerdo con su veterinario.

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