Disfrutar de una alimentación saludable desde la infancia es una apuesta siempre ganadora. No solo se mantiene la salud; también se reduce el riesgo de muchas enfermedades. Además, la alimentación es sumamente importante durante el crecimiento y es en el entorno familiar donde se forman los hábitos alimentarios que se mantendrán durante gran parte de la vida.

Sin embargo, el momento de la comida puede ser complicado si no se lleva adecuadamente. Para evitar conflictos, hay familias que optan por hacer menús diferentes para los niños y para los adultos. Es cierto que las necesidades no son las mismas para personas en diferentes etapas vitales, pero eso no quiere decir que tengan que comer diferentes platos. De hecho, es algo que desaconsejan los expertos.

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Cómo mantener una alimentación saludable en familia

A continuación veremos algunas recomendaciones que pueden ser de gran ayuda para mantener una alimentación saludable en familia sin complicarse demasiado la vida.

Misma comida para todos

Los niños no necesitan que se camuflen los alimentos. Pueden comer el mismo brócoli que están comiendo los adultos. A veces los niños rechazan ciertos sabores y texturas como respuesta a una educación alimenticia deficiente. Como se suele decir, ‘se aprende comiendo’, es decir, el paladar y las preferencias se pueden educar. Así pues, lo ideal es que se acostumbren a comer lo mismo que los adultos, si bien se pueden realizar algunas adaptaciones en esos alimentos que les cuestan más.

Cocinar juntos

Involucrar a los niños en el proceso de preparar los alimentos es una forma de hacer que se interesen por la comida y aprendan a valorar lo que se encuentran en el plato. Se pueden adaptar utensilios y asignarles tareas sencillas, como desgranar guisantes, batir huevos, cortar lechuga con las manos, aliñar ensaladas, dar forma a las croquetas, etc. Se trata de invitarles a experimentar, tocar, oler y entender de dónde viene la comida.

Dar ejemplo

El ejemplo es el mejor aprendizaje para los niños, así que para que ellos tengan una alimentación saludable, los padres deben adquirir previamente unos buenos hábitos. Si los hijos ven con frecuencia a sus adultos comiendo fruta y verdura de forma habitual y disfrutando de alimentos saludables, integrarán con más facilidad estas buenas costumbres. También se aconseja cuidar el ambiente durante las comidas, convirtiendo ese momento en un instante placentero, a nivel sensorial y psicológico.

Negociar

Negociar con los niños es algo que genera dudas. Muchos adultos evitan el conflicto adaptando el menú al agrado del menor, generalmente recurriendo a procesados. Otros, se enrocan en la idea de que el niño debe acabarse el plato, sin importar cuantas horas se pase ante la mesa. Lo que aconsejan los expertos es hacerles partícipes de la elección del menú y permitirles elegir entre un grupo de alimentos. De esta forma, si se introduce un sabor que le agrada menos, al haber un pacto previo, la comida será menos conflictiva.

Planificar

Mantener una alimentación saludable para toda la familia implica hacer una buena planificación, especialmente con el ritmo trepidante de la vida actual. Todo resultará más fácil si dedicamos un rato a elaborar el menú para la siguiente semana, anotando también todo lo necesario en la lista de la compra. Existen aplicaciones móviles muy prácticas para organizar comidas semanales. Para las familias más ajetreadas, el batch cooking es una gran técnica para comer sano y equilibrado todos los días.

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Como vemos, inculcar una alimentación saludable a los más pequeños en casa es sencillo, pero es fundamental que los adultos también tengan integrados buenos hábitos.

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